La práctica de la microdosis, el uso de dosis muy pequeñas de psicodélicos como el LSD o los hongos mágicos, ha ganado popularidad en los últimos años como una forma de mejorar el bienestar mental y emocional. Sin embargo, muchos se preguntan por qué una dosis tan pequeña puede tener un impacto significativo en las emociones. La respuesta radica en la naturaleza misma de los psicodélicos.
Los psicodélicos son a menudo denominados 'amplificadores mentales no específicos'. Esto significa que tienen la capacidad de amplificar cualquier sentimiento o emoción que esté presente en tu vida en ese momento. Incluso en dosis pequeñas, los microdosisadores informan que esta propiedad de "amplificación emocional" puede ser muy evidente.
Cuando nos encontramos experimentando emociones intensas durante una microdosis, puede ser tentador suprimirlas o ignorarlas. Sin embargo, esta puede ser una oportunidad valiosa para explorar esas emociones y entender qué nos están enseñando. En lugar de resistirnos a la incomodidad, podemos preguntarnos: ¿Qué puedo aprender de esta emoción? La microdosis puede proporcionar un espacio seguro para enfrentar y procesar estas emociones de manera consciente.
Es importante reconocer que la microdosis no es adecuada para todos los estados emocionales. Algunas personas pueden encontrar que fortalece estados emocionales que no están listos para enfrentar. Por ejemplo, no se recomienda la microdosis durante el duelo, en momentos de pensamientos suicidas o durante transiciones difíciles en la vida.
Si encuentras que la microdosis no es la mejor opción para tu estado emocional actual, hay muchas otras formas de cuidarte:
En resumen, la microdosis puede ser una herramienta poderosa para explorar y conectarse con tus emociones, pero es importante utilizarla de manera responsable y en el momento adecuado para tu situación emocional específica.