Matías Ruiz, más conocido como Coco, dejó todo para seguir su llamado: una vida liviana, conectada con la naturaleza, el yoga y el surf.
Después de recorrer India, Hawái, Indonesia, Sri Lanka y otros rincones del mundo, entendió que el verdadero viaje es hacia adentro.
En esta entrevista nos comparte cómo logró romper mandatos, crear su propio camino y encontrar propósito en lo simple, lo real y lo presente.
Una charla inspiradora para quienes buscan vivir en coherencia con su esencia. 🌊🧘♂️🌿
“Fue amor a primera clase. Venía de un viaje largo por Nepal y los Himalayas y mi cuerpito estaba en la B. Ya era profe de educación física, tenía registro corporal, pero cuando probé el yoga fue: ¡uff, qué lindo conocer esto! Me fanatice. Salí de esa primera clase diciendo: ‘voy a ser profesor’. Me quedé tres meses en India practicando mañana y tarde, y me prometí volver al año siguiente. Así fue. Volví, hice mi primera formación de 200 horas y cuando regresé a Buenos Aires empecé a dar clases a mis hermanas, después a amigos, y así comenzó todo.”
“El surf fue otro amor a primera vista. Hacer deporte mientras conectás con la naturaleza fue un combo mortal para mí. En Hawai fui profe de surf, y pasaba hasta 8 horas en el océano. El agua ahí es sagrada, me limpió emocionalmente. Volví con varios kilos menos... de mochila emocional.”
“La naturaleza te enseña a ir más lento, a conectar con lo sutil. Tanto el yoga como el surf no requieren mucho: una tabla y un mat. Eso me ayudó a simplificar mi vida. Probé el kitesurf, pero el exceso de equipamiento me hizo volver a lo simple. Confirmé que lo mío era el yoga y el surf.”
“Lo más difícil fue incorporar que podía hacer lo que quisiera con mi vida y que eso estaba bien. Romper con los mandatos familiares me costó muchísimo. Me tuve que ir a la otra punta del mundo para construir mi propia verdad. También me costó aceptar que lo que tengo para decir tiene valor y animarme a compartirlo. Ahí fue clave una pareja que me impulsó a mostrarme en redes. El entorno lo es todo.”
“Alejarme de todo y vivir solo fue el primer gran paso. El deporte fue mi canal de sanación desde siempre, y el surf suma naturaleza a eso. El yoga me mantiene alineado, y el microdosing también me ayuda a tomar decisiones con conciencia. Cuido mi alimentación, descanso bien y casi no consumo alcohol. Es la droga más aceptada, pero también la más tóxica.”
“Ya forma parte de mi personalidad. Aunque no practique todos los días, estoy siempre conectado con mi respiración. El yoga me regaló esa herramienta. Vivo en armonía con la naturaleza, reciclo, me conecto a diario con el sol, la tierra, el agua… ¡cable a tierra literal!”
“Es difícil, pero hay que saltar. No podemos saber ni controlar todo. La experiencia se gana haciendo, no leyendo. Hay que pasar a la acción, animarse a convivir con la incertidumbre. Saltá, y después resolvés.”
“Voy a citar a mi banda favorita, El Plan de la Mariposa: ‘Adrenalina y corazón al rumbo’.”
Coco es un ejemplo de que otra vida es posible cuando nos animamos a escucharnos, soltar lo impuesto y abrazar lo que realmente somos.
Su recorrido nos invita a confiar en el proceso, en la sabiduría del cuerpo y en la fuerza del presente.
Si sentís el llamado a cambiar, esta entrevista puede ser la señal que estabas esperando.
Adrenalina y corazón al rumbo.